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Inés Vicente

Entrevista: Inés Vicente Barbero

Es importante que cada uno pueda ser quien es, tanto en el trabajo como en casa, para poder dar lo mejor de sí mismo.

 
INÉS VICENTE BARBERO, 34 años. Nacida en San Sebastián y vive en Cerdanyola.
Educadora y, en estos momentos, responsable de Proyectos en la Fundació Salut Alta.

Hoy haré una entrevista a una compañera que se va, que nos deja una gran huella. Una de las trabajadoras que lleva más tiempo en la Fundación y que en breve empezará un nuevo reto, una gran aventura. Viajará bien lejos para adentrarse en Asia y echar una mano en un nuevo proyecto.

Sitúanos un poco. ¿Cómo llegaste a la Fundació Salut Alta? Ya que muchos de nosotros, cuando aterrizamos, tú ya estabas.

Aunque ahora no recuerdo del todo el año, diría que llegué a la Fundación hacia el 2004, como voluntaria del esplai que había los sábados en la capilla a través de un Jesuita que me conocía del País Vasco. Un poco más tarde, en el año 2006, empecé a trabajar en la Fundación como monitora de verano. Y, después de aquel verano, Silvia y Montse, que entonces estaban como directora y educadora, me preguntaron si me quería quedar y, como veis, dije que sí.

¿Cómo describirías la Fundació Salut Alta a alguien que no la conoce de nada?

Yo la describiría como un lugar familiar. Se respira un ambiente de alegría, por mucho que a veces pueda haber conflictos, porque los niños/as se enfadan y se pelean. Pese a ello, el ambiente es muy familiar y la gente viene contenta. Yo misma entro en la Fundación y se me olvida del todo lo que me pueda estar pasando fuera.

¿Podrías poner un adjetivo a cada proyecto?

A Centre Obert, cercano. Aprenijoc, divertido. A100… fresco. FAR, facilitador i las actividades de verano, ilusionantes.

Explícanos un poco los puestos y responsabilidades que has asumido en la Fundación.

El verano del 2006, como he dicho antes, empecé como monitora del casal de verano.

Después, pasé a ser educadora del Centre Obert durante tres o cuatro años del grupo de pequeños y, pasado este tiempo, continué en el mismo proyecto pero también coordinándolo.

Hace tres años cogí el cargo de ser la responsable de proyectos, ya que la Fundación ha ido creciendo y poco a poco se han ido incorporando nuevos puestos profesionales a la entidad, para velar por que la Fundación mejore.

Dentro de tus encargos has tenido que trabajar en diferentes redes, ¿cuál de ellas ha sido en la que más te ha gustado participar?

Pues ahora mismo hay tres redes que para mí han sido las más especiales, porque también les he dedicado más tiempo.

Por un lado está el Sector Social de Jesuitas, que a nivel de infancia, juventud y familias últimamente hemos estado trabajando en la elaboración de las Guías de Familias y esto ha supuesto más reuniones, pero en un grupo muy dinámico y acogedor. Hemos tenido tiempo para reflexionar mucho sobre cómo acompañamos a las familias.

Otra sería la comisión de Centres Oberts de FEDAIA con la que he estado muchos años. Es un grupo con el que hemos trabajado mucho sobre cómo actúan los Centres Oberts en toda Catalunya y cuál es su realidad. Yo incluso he estado en una subcomisión que se dedicaba más a la reflexión y ayuda para coordinar la propia comisión.

Y, por último, la red de la Fundación Educo donde he podido conocer muchas entidades y experiencias también de fuera de Cataluña y me ha posibilitado asistir a formaciones muy interesantes.

Estas comisiones no me han ayudado únicamente a nivel profesional, sino que a nivel personal me han aportado mucho y he tenido el placer de conocer y compartir espacios y reflexiones con mucha gente.

¿Nos podrías decir alguna cosa de la que te sientes orgullosa?

Yo creo que lo que me hace sentir orgullosa es poder continuar viendo a los niños/as por aquí. A veces te encuentras niños/as o jóvenes que por diferentes motivos dejaron la Fundación pero los ves, hablas con ellos y sientes que tú has sido una pequeña parte de lo que son ahora. Y los que están aquí, en todo su recorrido, verlos creces y que se hacen mayores.

 

Venga va, ¿nos querrías explicar alguna anécdota que no hayas explicado a nadie?

Ésta sí que la saben algunos pero seguramente pocos. Yo, a veces, si tengo que hacer muchas cosas a la vez me despisto y se me queda alguna a medias. Una vez que me tocaba coordinar la Diverfesta, estaba preparando todo el material y llevaba en la mano unas entradas de Port Aventura que teníamos que sortear al día siguiente en la rifa. Todos sabían que haríamos aquel sorteo y querían participar. ¡En un momento dado me di cuenta de que había perdido las entradas! Ya no las tenía y no las encontraba por ningún sitio. Lo comenté con algunas compañeras que estaban por allí pero nadie las había visto. Yo ya estaba sufriendo hasta que al cabo de mucho tiempo las encontré ¡en el armario de la limpieza!

Vaya, por suerte aparecieron. ¿Y algún recuerdo que te haga sonreír?

Uff, me cuesta porque hay muchos. Cuando más recuerdo es mirando las fotos. Hace poco tuvimos que buscar fotos de los jóvenes que se van de la ESO y esto siempre me hace sonreír. Hemos vivido muchas cosas juntos y las fotos te las hacen recordar.

¿Cuál es la cosa más graciosa que te ha dicho un niño/a o joven de la Fundación?

Tengo mala memoria para estas cosas y seguro que me han dicho muchísimas. Pero recuerdo que una vez estábamos haciendo una actividad en la que los niños/as tenían que decir donde vivían y un niño dijo que vivía en la “calle del pollito”. Las educadoras nos miramos sin entender a qué se refería porque no hay ninguna calle en el barrio con este nombre. ¡Finalmente, nos dimos cuenta de que el niño quería decir en la calle Hipolito!

Continúa la frase…

  • El equipo de voluntarios te ha enseñado… Mucha generosidad.
  • De las familias te llevas… Mucha estima.
  • El barrio de la Salut Alta te ha aportado…Mantener los pies en el suelo.
  • Los compañeros con quien has trabajado te han hecho sentir…En familia.

 

Después de todos estos años trabajando en la Fundación, ¿Podrías decirnos qué es lo que crees que más echarás de menos?

Creo que en general a la gente (compañeros, voluntarios, familias, niños/as y jóvenes).

¿Mirando hacia el futuro, qué retos imaginas que puede tener la Fundación para tener más impacto?

Un reto sería estar más presentes en el barrio pero no únicamente trabajando desde la Fundación, sino haciendo red con familias. Por eso las familias han de sentir más la Fundación y después salir afuera y transmitirlo.

¿Alguna cosa que hayas aprendido en la Fundación a nivel personal y que crees que pondrás en práctica estés donde estés?

Ummm, ahora que tenemos muy reciente la campaña de este curso “Aventura’t a sentir” sobre las emociones, he de reconocer que desde que he estado en la Fundación hemos hecho muchas formaciones y muchas de ellas sobre las emociones.  Realmente he visto que no sirven únicamente para aprender a encarar actividades con niños/as, sino que también ayudan a trabajarse a uno mismo y, para mí, es un gran tesoro que me llevo, gracias a la Fundación.

¿Con qué emoción encaras este nuevo reto?

Yo creo que es ilusión… ¡Si, ilusión!

Y para acabar… un sueño para los niños/as y jóvenes de la Salut Alta.

Pues que puedan ser ellos mismos estén donde estén y que puedan desarrollar su máximo potencial.

¿Y para ti?

Y para mí lo mismo. Es importante que cada uno pueda ser quien es tanto en el trabajo como en casa y poder dar lo mejor de sí mismo.

Y ya tan solo nos queda darte las gracias, Inés, por todos estos años de dedicación, por ser como eres y desearte que disfrutes mucho con esta nueva etapa que te espera. ¡Te echaremos de menos, y mucho!