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Teresa Torres

La entrevista: Teresa Torres

Siempre he pensado que la esperanza no se debe de perder nunca.

Teresa Torres tiene 41 años y, orgullosa de ser Leo, vive en Badalona, su ciudad natal.
Es Educadora Social de profesión pero también tiene inquietudes que van desde el ámbito de la reflexología podal hasta el teatro social!
¿Cuánto tiempo llevas trabajando en los Servicios Sociales básicos y cuál es tu función?

Ahora ya hará siete años que empecé a trabajar como educadora social, trabajando con niños y sus familias. Me gusta el contacto con las familias, conocerlas por sus nombres y apellidos, pero tengo que reconocer que desde que estoy en el barrio La Salut mi tarea diaria es más a nivel de despacho que de salir por el barrio. Soy como una «administrativa de lujo».

Así pues, has trabajado en otros equipos antes de llegar a La Salut. ¿Qué diferencias encuentras? 

Efectivamente, antes de situarme aquí estuve trabajando cinco años en el equipo de La Pau. La principal diferencia que encuentro es la mayor demanda de servicio porque hay situaciones de más pobreza, de desahucios… Constantemente debemos buscar más recursos para que las familias puedan sostenerse y es cierto que a veces provoca situaciones de estrés. Antes tenía más tiempo para poder conocer el barrio y sus recursos y por eso supongo que a veces echo de menos la falta de presencia directa.

¿De cuántos casos estamos hablando, aproximadamente?

Pues es un dato bastante variable pero, por ejemplo, actualmente llevo a 92 familias, junto con las coordinaciones con dos escuelas y el trabajo comunitario que enriquece muchísimo porque te permite conocer otras entidades y hacer nuevas propuestas. Pero bueno, hay compañeros que llevan entre 130 o 140 casos! Realmente, el problema es la calidad con la que los podemos atender.

El problema es la calidad con la que podemos atender los casos.

¿Con qué colectivo te gusta trabajar más?

En su momento elegí la profesión de educadora social para poder vincularme con niños y jóvenes ya que son unos colectivos con los que me gusta trabajar. Posteriormente, lo complementé con otras herramientas como el teatro social, para poder hacer proyectos y dar otras alternativas trabajando nuevas perspectivas a través del teatro.

¿Cuáles son las situaciones más frecuentes con las que te encuentras?

En nuestro día a día nos encontramos situaciones de desahucios, pisos ocupados, contratos ilegales … muchas situaciones irregulares y poco saludables a nivel de vivienda. Por otra parte, también hay una fuerte preocupación por los jóvenes, que se encuentran muy perdidos. Personalmente, creo que necesitarían algún tipo de recurso como «escuelas – talleres» para que pudieran aprender un oficio con la posibilidad de encontrar un trabajo a posteriori. Así también sería una herramienta para mejorar algunos espacios del barrio.

¿Desde Servicios Sociales se puede dar respuesta a todas estas situaciones

Poco a poco vamos dando respuesta, o al menos lo intentamos. Es esencial el trabajo de coordinación que hacemos con otros recursos de la ciudad para poder llegar a más familias, porque si no  nos quedaríamos cortos. A menudo, sin embargo, nos encontramos en procesos largos, con derivaciones o propuestas que no llegan y, de ahí, a veces son las mismas familias que se quedan a medio camino porque quieren respuestas rápidas y estos procesos no son tan inmediatos. Siempre buscamos alternativas pero es complejo.

¿Alguna vez te has encontrado con algún caso que te haya afectado especialmente porque lo has vivido injustamente? O, por el contrario, algún otro con el que te hayas sentido satisfecha?

Hay muchas veces que tienes que recordar quién es quién y hasta dónde podemos llegar. Se deben poner unos límites porque si no a veces te implicas como persona y sientes una cierta impotencia. Sí que recuerdo una familia con la que estamos haciendo acompañamiento desde hace tres o cuatro años, donde ha habido momentos muy duros pero últimamente han ido mejorando. Antes estaban en situación irregular, viviendo en un piso de alquiler y al menos ahora ya tienen los papeles y han conseguido un piso de alquiler social, lo que les permite ir mucho mejor. No ha sido un proceso fácil pero ellos están muy agradecidos y siempre lo han manifestado. ¡Para mí es muy gratificante cuando lo expresan!

¿Como ves el barrio? ¿Hay signos de esperanza?

Personalmente, creo que hay mucha gente implicada (tanto a nivel de profesionales como gente del barrio) y con ganas de cambiar algunos aspectos que carecen en La Salut. Siempre he pensado que la esperanza no debe perderse nunca y supongo que ahora nos encontramos en un buen momento para actuar.

¿Crees que el gobierno actual podrá cambiar las cosas? 

De momento han mostrado muy buena predisposición , ganas de escuchar y cambiar las cosas. De hecho, la Alcaldesa tiene funciones en Servicios Sociales y confío en sentirnos acompañados y escuchados por ella.

¿Crees que la FSA juega un papel importante dentro del barrio?

Sí, ¡sin duda alguna!

Venga, ahora mójate. ¿Algunos aspectos positivos y negativos de la Fundación?

Como negativo, no sólo de la Fundación sino también lo aplico a nosotros, nos falta más implicación directa, a pie de calle, más cercana y tener más comunicación. Ir más allá de las coordinaciones y disfrutar el día a día. Pero, como he dicho, esto no depende sólo de vosotros, somos como un engranaje. Por la parte positiva, valoro la posición en pie de batalla con las familias. Hacen muy buen trabajo y es de agradecer!

¿En qué podríamos mejorar?

En general, estaría bien agilizar los procesos. Poder tener información de primera mano y espacios más directos.

Y para terminar, ¿algún sueño por el barrio de La Salut o por los niños del barrio?

Personalmente, me gustaría que hubiera más espacios verdes y más recursos. Pero lo más importante serían las mejoras en las viviendas porque todavía hay barracas por el barrio o pisos sobreocupados, por tanto, hay mucho trabajo por hacer para poder ofrecer una vivienda digna a las familias!