Espacio de guarda infantil
Siempre hablamos de las mujeres y de todo lo que hacemos con ellas: formación socio-lingüística, espacio de relación los viernes, salidas… Pero como todo esto no sería posible sin el Espacio de guarda infantil (EGI), hoy os lo presentaremos.
Cada mañana, poco antes de las 10h, Luisa y Anna llegan a la Fundació para reconvertir un aula del Centre Obert en un espacio de juego que acogerá a niños de entre 0 y 3 años. Son los hijos de algunas de las alumnas de FAR, que aún no tienen edad para ir a la escuela. Son 12 niños y niñas de 6 nacionalidades diferentes, algunos de los cuales nunca antes habían estado en contacto con otros niños de su edad en un espacio de juego y aprendizaje.
El EGI, que es como lo llamamos en la Fundación, existe desde que empezó el proyecto con las mujeres y es una pieza clave del mismo. Sin este espacio, sería imposible que algunas de las mujeres que quieren aprender la lengua asistieran a clase, ya que muchas de ellas no tienen con quien dejar a sus hijos durante la mañana. El hecho de ser el único proyecto del barrio que ofrece este espacio hace que tenga una lista de espera larga, sobre todo de mujeres que vienen a través de servicios sociales o entidades como Cáritas. Desgraciadamente no podemos acoger a todos los niños que querríamos por una cuestión de espacio.
Durante la hora y tres cuartos que los niños están en la Fundación, Luisa y Anna se encargan de atenderlos, jugar con ellos, motivarlos a interaccionar y a compartir, cantar canciones, enseñarlos a coger un lápiz para dibujar, comer un poco… y todo esto en catalán y castellano, que son lenguas que los niños no han oído prácticamente nunca. Todo un reto para las dos, y también para los niños, que de esta manera empiezan a entrar en contacto con un contexto que les abre ya las puertas hacia la escuela.
Aparte de los niños y niñas, desde el curso pasado nos hemos ido dando cuenta de la importancia de trabajar con las madres algunos aspectos relacionados con la educación de los menores. Así, organizamos una formación específica sobre alimentación infantil, además de que cada madre tiene a Luisa como referente a la hora de poder hablar de la situación de su hijo o hija, de los problemas que vive o de pequeños cambios encaminados a cambiar actitudes o situaciones muy comunes entre las mujeres: poner límites, hablar sin violencia ni gritos, hacer ejercicio…
Ahora ya sabéis que, cuando hablamos de las mujeres, hablamos también de este espacio, de estas educadoras y de estos menores, sin los cuales al proyecto estaría cojo… ¡y le faltaría mucho ruido!!