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La entrevista: Elisenda González

La violencia en la infancia es una pandemia universal: hay que abordarla desde diferentes ángulos y tratarla como lo que es.

Elisenda González Alfonso, 43 años. Es de Mataró, pedagoga y trabaja en Educo.

Eli, cuéntanos qué hace EDUCO y cuál es tu tarea a la entidad.

Educo es una organización de cooperación internacional que actúa a favor de la infancia en 14 países. Nuestra misión es trabajar para que todos los niños puedan disfrutar de sus derechos y de una vida digna.

Mi labor en la entidad tiene dos roles fundamentales, uno como técnica de protección en el área de programas de España y, el otro, como punto focal de la política de protección a la infancia de la entidad a España.

¿Cómo explicarías a un niño qué es la protección y por qué es importante?

Pues le diría que la protección es lo que hace que esté y se sienta seguro. Es importante porque si no estamos o no nos sentimos seguros, no podemos realizar otras actividades que nos permiten o ayudan a crecer. Por ejemplo, si cuando voy a la escuela tengo miedo porque el camino no es seguro, seguramente me costará más ir y con razón. Si en mi familia no me siento querido/a, difícilmente podré amar yo misma y eso me hará estar triste.

... ¿y el buen trato? No estamos muy acostumbrados a esta palabra. Normalmente suena más el "maltrato".

Exacto, pero sería erróneo pensar que el buentrato es el antónimo del maltrato. "Buentrato" es una forma de hablar de protección de manera positiva, porque antes solíamos ver la protección como lo que tenemos que hacer para prevenir el abuso, para actuar, para identificar la violencia contra la infancia, etc... el cual es muy importante. Pero si no sumamos el buen trato yo siento que nos quedamos a medio camino. El buen trato es lo que construye, que nos ayuda no sólo a que no haya abuso, sino a generar entornos de estima, de crecimiento, emocionalmente sanos,... que a la larga son factores mismos de prevención y protección.

¿Cuáles serían los "básicos" del buen trato?

Pues me cuesta hacer un baremo... no hay mucha narrativa formal al respecto.

A nivel personal me gusta pensarlo como una autora a la que admiro muchísimo y que también conocéis bien en Salut Alta. Es Pepa Horno. En este sentido, Pepa Horno habla que tenemos tres inteligencias en el cuerpo: la de la cabeza, la del corazón y la de las tripas. Para mí el buen trato tiene que ver, en parte, al ofrecer a los niños nutrición para las tres inteligencias: en la cabeza, dar seguridad, enseñar cosas, escuchar con atención, motivar, marcar límites, reforzar positivamente; en el corazón, decir que los queremos y que tengan la vivencia, que se sientan atendidos, respetados, dar herramientas para gestionar las emociones y para escucharlas; en las tripas, conectar con ellas a través de la respiración, por ejemplo, ayudar a percibir las señales de su cuerpo.

A mí me gusta hablar de generar una cultura del buen trato, donde todos estos elementos se den desde el momento en que el niño es concebido. Entonces hay mucho camino por hacer, desde cómo vivimos el embarazo, cómo se hace un parto respetuoso, cómo generamos espacios para la infancia en las ciudades, cómo gestionamos la conciliación familiar para que las personas importantes podamos estar y cómo damos herramientas, además de tiempo, a estas personas.

Cuando una entidad como nosotros se pone a diagnosticar y mejorar su tarea para ser más "protectora" y "bentractadora", ¿qué hay que hacer primero? ¿Qué pasos hay que seguir?

A Educo tenemos ahora una herramienta muy potente que llevamos unos años implementando: nuestra política de protección y buen trato a la infancia. Esta política opera según unos estándares internacionales y permeabiliza a toda la entidad poniendo un sistema de prevención, detección y actuación en casos de violencia. Como entidad lo primero que hay que hacer es asegurar que tu trabajo no sea generador de situaciones de riesgo para los niños con los que trabajas y, en segundo lugar, que permita a cualquier niño o persona poner en conocimiento situaciones donde se vulnere nuestro código de conducta. La política tiene que ir de la mano de un marco programático que refuerce aquellas áreas de actuación donde vemos que es más necesario incidir en cuando a la protección. En este sentido estamos generando el nuevo marco programático global y, además, cada país trabaja diagnosticando con las comunidades.

¿Hay algún tipo de auditoría o "sello" de buen trato?

Del buen trato que yo sepa no hay. Nosotros estamos en proceso de ser miembros de pleno derecho de Keeping children safe, una plataforma internacional que acredita a las entidades como protectoras. Si bien es cierto que no habla de buen trato específicamente, nosotros en nuestra política le hemos añadido porque lo queremos visibilizar.

¿Conoces alguna entidad social que sea referente como espacio de buen trato y protección a los niños y adolescentes?

Uf! Hay mucha gente haciendo un trabajo sensacional. Hemos tenido el Programa de Acción Social de Educo donde hemos conocido a 43 entidades muy implicadas en la infancia y que están aplicando una política de protección. Sería difícil hacer una selección pero por citar algunas diré Bidegintza en el País Vasco, Aldaima en Andalucía y vosotros mismos, que para mí sois un referente también... Sois entidades que han puesto al menor en el centro de vuestra acción, haciéndolo partícipe de los procesos educativos de la organización.

¿Cuáles son los aspectos en los que crees que estamos más lejos de ser una sociedad protectora de la infancia?

Se me ocurren ahora mismo dos aspectos fundamentales. Estamos inmersos en una cultura de la violencia y además adultocentrica, constantemente tenemos el mensaje de que las cosas se resuelven de forma violenta, lo aprendemos de pequeños, de la televisión, los medios de comunicación... ¡Desaprender-lo es un trabajo! En la violencia entran también las relaciones de poder y mientras esta sociedad sea tan adultocentrica y los niños tengan un lugar secundario, ellos seguirán sufriendo abusos en un número desmesurado como el que hay hoy en día.

¿Y quién tiene el poder de transformarlos?

Podemos empezar por preguntarnos sobre nosotros mismos, cómo nos trataron, qué ocasionó ese trato en nosotros, qué imágenes de buen trato tenemos y después buscar herramientas para acompañar a los niños de nuestro entorno desde aquí. A veces lo miramos todo desde una visión egocéntrica, queremos acompañar a los niños desde una posición muy nuestra y si no hemos hecho este ejercicio de hacer un regreso a nuestra infancia, difícilmente encontraremos esta conexión que necesitan.

Si cambiamos la visión desde abajo podremos incidir hacia arriba.

Yo soy más emocional y de primera línea (ríe), quiero decir que alguien te diría que es de las administraciones y que hay que hacer incidencia, etc. Lo cual es cierto, pero como te he dicho antes, creo que hay muy tema cultural y, por tanto, personalmente, lo veo más como una labor educativa.

¿En qué ámbitos de la sociedad hay más peligro de desprotección para los niño/as y adolescentes?

La mayoría de abusos sexuales se dan en el ámbito intrafamiliar, esto nos debe hacer pensar en dónde hay que poner la mirada como entidades. Lo que pasa es que fuera de este ámbito también se dan situaciones tan graves que no te puedes centrar sólo en el trabajo preventiva dentro de un ámbito. Nosotros, por ejemplo, estamos trabajando con un convenio de la AECID de cuatro años sobre tráfico infantil para explotación sexual comercial, es escalofriante. La violencia en la infancia es una pandemia universal y hay que abordarla desde diferentes ángulos, y tratarla como lo que es.

El mes pasado tuvimos la gran suerte de organizar una formación de la Fundació Vicki Bernadet sobre el abuso sexual infantil. Y los números de personas que han sufrido eran desgarradoras. Ante estas situaciones, ¿qué proponéis?

Nosotros también nos hemos podido formar con Viki Bernadet sobre este tema en concreto; ¡aquí en Cataluña es una entidad muy potente! Tiene mucho que ver con lo que hemos estado hablando: tener mecanismos de prevención, detección y actuación para estos casos, personal preparado y ánimo de mejora continua. A nivel programático tenemos proyectos que van destinados a sensibilizar a los niños sobre lo que es un abuso y saber cómo identificarlo. Debemos hablar con ellos, de manera adecuada, pero que no sea un tabú. Es una de las grandes tareas que está haciendo la Fundació Viciki Bernadet.

Ante todo esto que comentas, ¿qué pedirías a Educo?

Seguir cumpliendo con el compromiso hacia la infancia de manera rigurosa, trabajando desde un enfoque de derechos y de bienestar, con el niño en el centro como un actor más. Este enfoque se basa en tres dimensiones: la material (qué tiene el niño para ser feliz), la relacional (qué puedo hacer con esto que tengo) y la subjetiva (como me siento y qué pienso sobre mi vida). Así pues, va más allá de la satisfacción de los derechos y nos ayuda a entender que la percepción del niño es importante.

La participación empodera y protege.

Pediría a Educo que siga priorizando los procesos. Trabajar con los niños significa en muchos momentos cambiar de ritmos, bajar las expectativas y seguir centrando los esfuerzos en potenciar el enfoque del bienestar, que tiene mucho que ver con el buen trato.

¿Y a la Fundació Salut Alta?

Que sigáis el camino intenso de transformación que lleváis haciendo desde hace unos años, haciendo realidad todo esto que hoy hemos hablado a la teoría. Estuve con Lola Ballestero en un grupo de trabajo organizado por Educo para hablar cómo queríamos acompañar a los niños a las entidades sociales y qué entendemos por éxito educativo, y todo ello tiene mucho que ver con el buen trato.

Hoy en vuestra web ya hay un apartado que habla de cómo acompañáis, es magnífico que nuestra reflexión se haya materializado de este modo en su acción. Y he pensado chapó que lo que estuvimos reflexionando ya se esté llevando a la realidad. Es como un grado que tenéis vosotros como entidad, que no se quede sólo con la teoría, sino que realmente lo aterrizáis en el día a día.

¡Seguid haciendo el trabajo desde el vínculo real y con el cuidado que ponéis!

 

Entrevista hecha por Lídia Solé